Decidido me abalanzo sobre los puestos de helicópteros para contratar uno que me lleve al glaciar y que encima lo pueda patear un rato. Vale un dineral, pero qué narices, esto se acaba y uno no tiene la ocasión de volar en helicóptero así muchas veces en la vida, perfecto. Contrato para el sábado y todo listo.
Al glaciar sin escalas
El Hostel está bastante decente, a las 18 te dan sopa, desayuno todos los días, café gratis, un Hot tub de agua caliente, como si fuera un jacuzzi pero en medio del Hostel, etc. Parece que no hay donde aburrirse.
Veo los mapas y pregunto en la recepción si hay alguna ruta para hombres experimentados cono yo, jajaja. Y me dice que hay una ruta de 5.20 horas, se llama Roberts point y empieza cerca del glaciar donde se tiene una vista fantástica de el, en caso de que no haya nubes, llueva, etc.
Allá que me voy. La ruta es bestial, resbaladiza, con un entorno de selva tropical genial, puentes colgantes, saltos, ríos que atravesar, etc. Ciertamente la mejor que he hecho nunca por entorno y retos. Después de hora y media aprox. ya me he cruzado con gente que hace lo mismo que yo, así que dado que el camino se endurece, me uno a una pareja. Llegamos a una catarata brutal, subimos ya en plan Indiana Jones y cuando llegamos arriba vemos que un terraplén se ha cargado el camino, incluso un árbol esta atravesado en la propia catarata. Ajjj que rabia, no podemos continuar, asi que iniciamos la vuelta.
Así de chulos eran los puentes colgantes.
En la misma vuelta me cruzo con gente y les digo que no hay salida y que tal, pero la gente sigue, la verdad es que vale la pena. Yo me voy a ver el glaciar por otro lado y la verdad es que es impresionante. Yo al venir ni sabia que había glaciares aquí, pero si los hay, por lo menos 2. Las otras rutas para ver el glaciar no están mal, pero no son la de antes, claro.
Vuelvo haciendo dedo cómo de costumbre y me recoge un local que me dice que ha hecho esa ruta entera....comoooo????... Increíble, pero ya es tarde, urge meterse en el jacuzzi a 41 grados.
Hala, ya está, el glaciar, ya no hace falta que vayáis
Al dia siguiente el tiempo es un auténtico horror, tan pronto está nublado, llueve de repente como hace un poco de sol y así todo el rato. Para colmo los helicópteros no funcionan bajo estas condiciones climáticas y mañana va a estar igual con lo cual se me cancela la ruta en helicóptero.
Parece que el tiempo mejora un poco por la mañana y me decido a hacer una ruta de 40 minutos para entrar en calor y acto seguido me dirijo otra vez a la ruta inacabada de ayer con la intención de finalizarla. Me recogen una pareja de taiwaneses supersimpáticos y empiezo la ruta de nuevo.
Ahora empiezo la ruta con una decisión inigualable, voy dando zancadas. Empieza a chispear. Voy mucho más rápido que ayer, pero donde ayer había solo montañas de piedra de repente se han formado ríos de la lluvia que había caído por la mañana. Todo resbala el doble.
Mores donde mires hay cosas tan diferentes a lo acostumbrado.
Esta ruta al principio tiene un indicador que pone que se ha matado gente, que es lo que le da el sabor especial a la ruta, claro. Por eso, si bien la ruta está indicada, ya no aparece en los mapas porque según me dijeron en recepción hay mucha gente que ha tenido problemas con la misma y han acabado viniendo helicópteros de salvamento, etcétera. Vamos, que la ruta apunta maneras. Cuando llego al tercer puente colgante, justo antes de la catarata de la confusión, empieza a llover de una manera brutal, la montaña se comunica conmigo y me dice "Jorge, lárgate de aquí".
No me he cruzado con nadie, voy completamente solo y la verdad es que es un poco arriesgado. Aún así decido esperar un poco para ver si para la lluvia. Tras media hora de espera y estando completamente calado decido rendirme y volver al inicio con el pesar de haberlo intentado dos veces y haber fracasado en ambas.
Un resbalón de esos que separan la cadera del resto el cuerpo, me hace recordar que la decisión es adecuada, otra vez. Me crucé con un asiático y le digo que es un poco peligroso y me dice que él ha venido aquí para hacer la ruta caiga quien caiga. Supongo que se mataría y en el momento que escribo esto, todavía no lo han encontrado.
Son demasiadas cosas, una ruta sin gente, lloviendo sobre roca resbaladiza con caidas mortales a alturas locas, clima terrible. Son demasiadas señales y una cosa es intentar hacer algo arriesgado y otra ser idiota.
En definitiva, no pude acabar la ruta pero por lo menos lo intenté dos veces. En el hostel, el chico de recepción fue muy comprensivo, le dije lo que había sucedido y me dijo que llegar al tercer puente colgante ya tenía bastante mérito, que no estaba nada mal y que el tiempo era demasiado peligroso como para hacerlo sin tener más experiencia.
Supongo que me lo diría por lástima pero me hizo sentir un poco mejor. Por supuesto, ni que decir tiene que cuando por fin llego al hostel, sale un sol de justicia. Definitivamente la montaña no quería que la pisara más de lo que lo hice.
Ahora toca volver a la Isla Norte, a Taupo y además no quiero pasar una noche obligatoriamente en Wellington con lo que tengo que hacer encaje de bolillos para enganchar varios autobuses y el ferry. De entrada el primero de los autobuses que me acerca a Picton tiene que dar media vuelta porque la carretera está cerrada por alguna incidencia, no quieren precisar nada más que eso. Anteriormente me han comentado que muchas veces caen rocas de las propias montañas y bloquean las carreteras durante días. ¡Así es Nueva Zelanda!
Oca, cisne, o lo que sea, me encaja perfecto en el encuadre.
Hoy el calor en Taupo es sofocante, prácticamente un verano del sur de España. Me hago unos sándwiches y comienzo mi caminata hacia las huka falls, que es como una catarata pero casi en horizontal, el agua coge tal rapidez que estalla al final en una bolsa tremenda de agua. Por supuesto, olvidate de nadar, pescar ni nada parecido cerca de allí.
Huka falls a pleno rendimiento
Llego relativamente rápido así que me animo a continuar hacia ruatiatia, una presa que controla el nivel del lago y abren las compuertas a unas horas determinadas. Creo que valdrá la pena, asi que allá voy, son 2,5 horas más de camino para llegar, pero ha de valer la pena. El sol empieza a ser agobiante, mi botella de medio litro de agua está casi vacía y aquí no puedo negociar el cambiar agua por protector solar, como hice en wanaka.
Por fin llego a la presa y la verdad es que la pinta de las rocas, los colores y la altura me estremecen por lo brutal. Pensaba que a estas alturas ya no vería nada tan interesante, pero mira.
Si estás allí y ves esto, no te lo crees, la foto es basura.
El asunto es que según me comentó un operario, ayer 4 idiotas estaban debajo del cauce cuando abren las compuertas, hicieron sonar la sirena como de costumbre, pero los idiotas ni caso. Resultado, uno de ellos se lo llevó la corriente, no sin antes despedazar y machacar su cuerpo contra las rocas desnudas y varios miles de litros de agua que lo proyectaban hacia ellas. Resultado, ahogamiento, por supuesto.
El hombre me comentó que lo estaba investigando la policía, porque si bien tienen que dar 3 alarmas cada vez que abren las compuertas, el hombre me dijo que como era tan constante la apertura de puertas, solo dieron una alarma 5 minutos antes. Se le veía un poco preocupado, claro. Hay que estar muy muy zumbado para pretender enfrentarse a esa cantidad de agua y naturaleza y pretender sobrevivir, pero de todo ha de haber, claro.
La vuelta se me hace muy pesada, ya hace rato que no tengo agua y estoy reseco y completamente agotado. Como puedo me arrastro hacia unos baños y bebo antes de que salga el agua caliente del grifo. Aquí prefieren gastarse la pasta en calentar el agua, con tal de que la compres y no la bebas gratis del grifo de un baño. Luego consigo llegar a una tienda y hasta que no bebí 2 litros de agua seguidos, no seguí la marcha.
Mis botas murieron, demasiada tralla en poco tiempo, así que les hice una misa breve y a la papelera. Los agujeros de los talones ya permitían el acceso a piedras demasiado molestas y el ratio paseo/calcetines agujereados era insostenible.
Mira Joan, igualito igualito que el que pintaste tu, jajaj.
Al dia siguiente me levanto en el polo sur, un frio terrible, yo no entiendo nada de nada. Decido alquilarme una bici y me recorro parte del lago y me voy a buscar un circuito de esos de saltos. Claro, yo no tengo ni idea, pero de alguna forma consigo atravesar lo una vez y oye, eso wue me llevo! Por la tarde el frío es inhumano, aun así me animo a ir a la cervecería de ayer, donde una loca me acosa un poco demasiado. Es la típica loca del pueblo, la versión femenina del loco de pueblo que tan entrañable resulta siempre. Me deshago de ella, que ya tengo una edad caramba, y me voy a otro garito que si bien la música no me flipaba, si me daba buen feeling.
No me equivocaba, a los 10 minutos se interesa por mi un tan Steve y resulta ser un rocker de la vida. Nos tiramos horas hablando, me invita a birras, me da toda la bola del mundo y al final con tanto birra pues ya me pongo como las cabras claro. El camarero resulta ser chileno y me hace unos trucos en mis narices que aún hoy no puedo comprenderlos, me deja flipado.
El cabrón de Steve tenia más pelo que yo.
Luego se junta la chica del garito de antes que servía las copas, y hala, a reírnos. Todo ello sonando skid row, avenged sevenfold, lo que le pidieramos, fue una noche para no olvidar.
Ya camino de Auckland, el final de mi viaje. Se pasa volando esto, pero estoy muy contento con la experiencia y echo muchas personas y cosas de menos, así que en un par de días cogeré el vuelo de vuelta. Pondré un mapa de la ruta por si le sirve a alguien y fotos y vídeos.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y haber viajado conmigo aunque en realidad esto lo escribo para mi mismo, para poder recordarlo en un tiempo, aun así, gracias por el interés.
¿El siguiente viaje? Marte, por supuesto ;-)
Steve?, seguro que no es Julito con tacones?
ResponderEliminarComo molan los paisajes...
jajajaja que grande George!!!
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