jueves, enero 26, 2017

En bus hacia el sur


¡Vámonos a Wellington! Es momento de escapar de esta ciénaga maloliente que es Rotorua, las cosas de volcanes no son divertidas, huelen mal y sobre todo en la mayoría de los casos matan.

El autobús es genial, tiene Wifi y es bastante cómodo, conozco a los primeros españoles del viaje, una pareja que se van a Taupo, donde yo espero estar más adelante. El trayecto en si es bastante normal, nada destacable por las ventanillas, exceptuando la pedazo de montaña que dejamos a nuestra derecha en la ruta hacia el sur. Se trata del Parque Nacional de Tongariro, es muy fácil de ver en el mapa porque está justo en medio de la isla norte. Tiene nieve en la cima y es algo así como el monte emblemático de la parte norte de las islas. Resulta bastante impresionante, tardamos cerca de dos horas en perderlo de vista desde el bus, así que imaginaos el tamaño de la bestia.

 
Vista desde el monte Victoria


Llego a Wellington, y reconozco enseguida a mi segundo enemigo natural, el viento... los Wellingtonguers se sienten orgullosos de ser la ciudad con más viento durante todo el año, y no solo eso, se jactan de que durante más de 160 días al año hay vientos superiores a 60 kilómetros por hora en toda la ciudad. Pues muy bien, la siguiente pregunta es ¿y por qué seguís viviendo ahí?

No sabéis lo difícil que es encontrar una cerveza de 5 grados, todas son de 4


Nada más llego me voy a la Cuba street, que me habían recomendado en el propio Hostel, es la calle con bares, pubs, etc, muy pintoresca, la verdad, y con esculturas móviles que no creo que acabe de comprender nunca. Preguntando a los lugareños, me entero de que parece ser que hay un garito de rock, y cerca de la calle Cuba, se llama Valhalla... lo encuento, pero está cerrado hasta viernes y sábado, así que de momento no puedo verlo.

Contrato el Hop on Hop off bus, este que puedes subir y bajar tantas veces como quieras, y resulta que los diversos conductores que me tocan son superatentos, majos y simpáticos, y en general a todo el mundo le sorprende que yo sea español, ya he pasado por inglés (sisi, inglés), por italiano, por supuesto, por inglés otra vez por mi acento al hablar (jajaj, esta es buena, pero es real...pfff...lo juro) y en fin, alemán, francés... Lo cual no es de extrañar porque el 90% de la gente que conozco es francesa o alemana. En el bus, me paro en el zoo, se está convirtiendo en una absurda tradición esto de visitar el zoo, pero tenía que ver un maldito Kiwi de carne y hueso, y aquí ponía que había al menos un kiwi, así que no hay más preguntas.

El zoo es bastante normalete, pocos bichos que no hubiera ya visto antes, pero por fin llegamos a la reina del zoo, la sala de los kiwis... Entro en lo que parece una cueva, oscura como no os podéis imaginar, únicamente iluminada por luces de esas rojas de las salas de fotografía, y pocas... dentro hay como un gallinero, pero moderno y cuesta ver dónde estás pisando, y es gracioso porque todo el mundo está intentando encontrar un bicho más bien oscuro, en una oscuridad bastante profunda... Pero si, por fin veo al kiwi, es como una gallina, pero mal. Muy torpón, y con ese pico...ufff, lo que hace con ese pico es cazar gusanos, etc... pero solo por la noche, es por esto que toooda la sala está a oscuras, porque si no el animal en concreto no caza, y al estar en un entorno no natural al fin y al cabo, acaba por morir de hambre. Esto explica que esté en peligro de extinción, pero es normal, un animal de estas características aguanta dos días en un entorno salvaje, seguro que es el hazmereir de la fauna neozelandesa.

El ninot de Gandalf en el WETA, la exclusiva de las fallas se acabó  


Ya que estoy relativamente cerca, me paso por el museo de la primera guerra mundial, que al parecer hubo algunas tropas locales que participaron en ella, y a la vista del memorial, les dieron candela en diversas batallas. No es que sea fan de museos, pero la verdad es que estaba bastante currado y se veía solo, además, iba a unos 2 metros de la guía que te contaba todo y que no pagué, así que de rebote me enteré de bastantes cosas curiosas.

Ahora que saco el tema, los precios, los precios de todo son sencillamente LOCOS. Para que os hagáis una idea, un paquete de tabaco de 30 gramos en España, en el momento que escribo esto y si no me equivoco, son 5 euros más o menos, pues bien, el mismo paquete, de otra marca, claro, pero vamos, low profile, son alrededor de 50$, esto es, cerca de 40 euros... pues así. todo, es una locura total. Según tengo entendido por lo que he preguntado a gente que he conocido, etc, el precio medio que se paga por hora de camarero es unos 17$ la hora, y el precio de los alquileres es tan caro, que no se paga al mes, se paga a la semana...¡Toma ya!

Ya se que no es nada dl otro jueves, pero está a 15000 km de casa, ja!


Mi amigo Juanan me iba a matar si no hacía alguna excursión del señor de los anillos, si o si. Así que escogí esta de Wellington que me pareció aceptable, y bueno, si, te llevan todo el día para arriba y para abajo, vi Rivendell... A ver, no nos equivoquemos, vi el sitio donde grabaron las escenas de Rivendell, que de hecho, sólo dejaron una puerta de cartón piedra y fichas de esas informativas por el bosque... también un sitio que sale una escena de 0,3 segundos donde sale Gandalf con un caballo y un puente... y bueno, así un poco todo, la verdad es que me pareció un poco un quieroynopuedo, pero el caso es que hay cosas de los anillos en cada ciudad que voy. Es cierto que las pelis y las del Hobbit se grabaron mayormente en espacios naturales, pero ojo, tremendamente modificados la mayor parte de ellos para encajarlos en la peli. SI no eres un freak de palo, como alguno que había en el bus que de verdad daba verdadera pena, no creo que esto se disfrute tanto. Lo peor era el momento de las fotos, que si ponte aquí que Légolas pegó un salto, y hala, todos pegando el salto con la espada y foto al canto. Yo me negué por principios y el conductor/narrador me vió en la mirada que no iba a participar de ninguna manera en ese festival de lo absurdo, bastante era que me metí en el bus y pagué la astracanada de pasta por, eso si, llevarme a sitios bastante molones.

Conforme pasan los días me doy cuenta de lo vital e importante que es el dinero para los locales, todo lo miden en millones, este edificio costó de arreglar x millones, Peter Jackson donó nosecuantos millones, el terremoto nos costó x millones, y así todo. Por cierto, P. Jackson es una especie de semidios aquí, todo el mundo le idolatra a niveles mágicos. Tampoco es de extrañar, cada vez que hay un terremoto y algo se rompe, ahí viene Peter, lo compra y lo refunda, de esta forma, yo diría que casi toda NZ es prácticamente propiedad de este hombre. Sin ningún rubor le cambiarían el nombre a Nueva Jacksonlandia, estoy seguro.

Tuve la ocasión de visitar la sala Valhalla un par de noches para ver dos conciertos, que en general, me dejaron un sabor de boca regulero... calidad musical mediocre y birras carísimas claro, jajaja.

Es momento de coger el ferry que me llevará a la isla sur, en la sala de espera pone que el mar está "heavy" y solo hay un nivel más de violencia, el nivel tormenta... y se nota, en cuanto abandonamos la bahía de Wellington el barco se inclina muy notoriamente y el mar está picadísimo. Cuando llegamos al estrecho entre las dos islas el barco levanta unas cortinas de agua de más de 20 metros que acojonan bastante, llega el punto de que hasta que me mareo un poco, no es que sea un lobo de mar, ni mucho menos, pero tampoco es la primera vez que subo en un cacharro de este tipo. Finalmente nos acercamos a la isla sur, y ahora si.... ahora si, esto es otro rollo, ya solo el arrecife que se puede ver por las ventanas y en las zonas externas del barco son acojonantes, el mar ahora está mucho más relajado y parece que vamos en una balsa, el entorno es maravilloso.

1km de subida según dice el manual


Llegada a Picton, pueblo obligatorio porque es donde atraca el ferry, paso noche y a la mañana siguiente madrugón para ir en bus a ChristChurch, la ciudad de los terremotos, el viaje son unas 8-10 horas, pero no se hace pesado en absoluto, porque al parecer, este bus hacía la ruta de la costa, pero después del último terremoto, quedó tan maltrecha que solo la abren un rato cada día, y solo para tráfico específico... Mejor, iremos por en medio de las montañas y ahora si puedo decir, que la cosa cambia, nada que ver con la isla norte, los paisajes son realmente espectaculares. Se disfruta mucho el viaje, porque no te cansas de mirar por la ventanilla. Paisajes que ves en las películas, están aquí, para uso y disfrute del que llegue a esta zona, y de verdad, vale la pena.

Llego a Christchurch, a un hostel que si bien es muuuy tranquilo, la gente es un poco más mayor y entablo ya alguna amistad viajera, gente de USA, este de europa, aquí el mix se multiplica.

Antes, un castillo,  viene el terremoto y plaaas.


Ha pasado algo que no me ha gustado demasiado, y es que todo el mundo me viene hablando de Queenstown desde que llegué, que si ves, que si esto, que si lo otro... Es verdad que está al lado de Milford Sound, algo que quiero ver, pero tanta brasa me han dado que al ir a mirar hostels, me doy cuenta de que está prácticamente todo cogido, y consigo la última habitación en un hostel del que ni miré ni donde estaba, y lo suelo hacer por las distancias... El caso es que he tenido que programarme a una semana vista y yo soy más de a salto de mata en estos viajes, así que si quiero dormir bajo techo, no me queda otra que adelantar algunas reservas.

En Christchurch hay un tranvía de esos antiguos que te pega un paseo mientras te cuentan cosas de la ciudad, soy muy fan de esto, desde que subí a uno de ellos en Lisboa, es algo que me gusta hacer. Tengo ocasión de ver el jardín botánico, pero el frío me vence, más que el frío el viento, que al final viene del polo sur que está al lado, y esto se tiene que notar.

Ojo al de la derecha, motero de pro, y en el tranvía. 


Hoy toca visitar la Góndola, un teleférico de esos que te sube a la montaña más alta de Chch (así lo escriben), y la verdad es que las vistas te dejan sin habla... No lo había dicho, pero mayormente Chch está roto, cuando vas por la calle ves un montón de huecos, grúas y trabajadores de la construcción, y es que donde había un hueco, habia un edificio que no estaba preparado para un terremoto de más de 7 en la escala.  De hecho hay más cosas rotas de lo que yo imaginaba, incluso me recomiendan que no vaya a algunas partes de la costa porque está todo bastante deshecho.

Me flipan estos casitrenescasibuses.


Esto no se aprecia desde la altura de la góndola, pero es notorio al pasear por la ciudad, claro. Para ir a la Góndola decido ir en el bus de línea, y el conductor es un indio simpatiquísimo, a los 10 minutos ya tenemos claro que vamos a fundar un restaurante hispanoindio que sólo servirá paella. Él me traerá clientes en el bus de línea y yo estaré todo el día haciendo paella, un tío muy simpático, muchas risas.

Cuando acabo la Góndola experience, me apetece irme más hacia el este, a ver cómo de lejos puedo estar, así que me espera un pateo de 2 horas, porque el bus que me llevaría tarda una hora en llegar... Caminar. es lo que más estoy haciendo, y con gusto, pero la verdad es que desde que he llegado he caminado ya por todo este año y por los 3 o 4 siguientes... El caso es que me equivoco y me meto por un sitio que no es, le pregunto a un furgonetero y me dice que para el otro lado, cuando me giro y sigo caminando un coche que pasa por mi lado me pita y se para justo unos metros delante....¿?...claro, auto-stop, ya me habían hablado de esto hacía días en Rotorua, que no era tan difícil, pero vamos, de esto a que te paren sin ni siquiera sacar el dedo, uah, tiene buena pinta... como no voy donde el coche que acaba de parar, le doy las gracias con un gesto sin más.

Giro a la izquierda y me digo a mi mismo, ¿a que saco el dedo ahora en serio?, dicho y hecho, a las 8 segundos ya me para un inglés con un perrazo que no cabía en el coche, y sin más me dice que me suba, me pregunta de donde soy, etc, y me acerca hacia donde quería ir, un sitio en Sumner llanado Rock Cave. Esto debe ser un garito espectacular, porque según Google maps estaba prácticamente en la playa. El amable conductor me acerca y me deja a unos 20 minutos a pie, genial. El tal Cave Rock resulta ser una rocaza en la playa donde al final me meto para comer. El pacífico está frío de narices y el tema de las mareas aquí es algo serio, si te descuidas te quedas en un islote, y espera a que la luna se vaya o estás más bien atrapado.

El paseo que conduce a la roca.


La verdad es que la roca en si es increíble, y creo que siempre la recordaré porque es la parte más al este que vaya a estar nunca de mi casa. La vuelta...si, la vuelta, tengo como unas 3-4 horas a pie desde donde estoy, o bien coger 3 autobuses enlazados... Tengo que sacarle partido a este nuevo medio de transporte que ya daba por descartado. Ñas, dedo en la carretera y en 1 minuto me para otro inglés que se deshace en esfuerzos para dejarme un hueco a su lado y llevarme a Chch. La conversación con el tipo es genial, superamable, como ya se presupone de alguien que te recoge del arcén sin conocerte de nada, claro. Averiguo un par de cosas de Queenstown que me vendrán muy bien y me despido deshecho en agradecemientos.

Ahora escribo esto desde el bus que me lleva a Queenstown, son unas 12 horas, pero de momento el paisaje no me aburre para nada.

La roca, más al este, ya no llego.

Tengo que tener cuidado con el tráfico, la primera semana casi me atropellan dos veces, los coches van como el inglaterra y japón, por la derecha, y van un poco a lo loco. Sin embargo voy mejorando, esta última semana solo me han casiatropellado una sola vez.

Tanto caminar tanto caminar tiene un precio, y es que me ha salido una bambolla en el pie izquierdo del tamaño de Neptuno, así que lo de caminar se me ha puesto un poco complicado, nada que los sabios consejos de los habitantes de Queenstown no me sepan solucionar, estoy seguro.

Vaya tela, que rollazo, pero es que luego se me olvida todo, así lo tengo para consulta futura, jajaja. 

PD: Para los asociados y fans de la R.A.E., disculpad mis posibles faltas ortográficas y semánticas, escribir en el bus no es tarea fácil y menos en una tablet ;-)... y no, !no tengo ganas de revisarlo! XD, ah si, Al final pondré más fotos que tengo de la cámara de verdad.

miércoles, enero 18, 2017

Llegada a Nueva Zelanda

Y por fin, después de tener los billetes de avión comprados hace ya 4 meses, inicio el que probablemente será el viaje más largo que haga nunca...24 horas volando con sus pausas para los transfer, 3 horas a Dusseldorf, 11 horas a Tokio y 10.30 horas a Auckland. En general los vuelos muy aceptables, menos el último que iba hasta la bandera y lo de dormir se puso bastante complicado. Ingenuo de mi pensaba que en Tokio (Narita) iba a encontrar esos baños de las peĺículas con chorritos y tal, pero menuda desilusión me llevo al ver que son los típicos WC de hace 50 años... es decir, un más que básico agujero en el suelo...bien, otro mito tumbado!

Bien leído iba yo al tema aduana (customs), esto es, el control de entrada para ver si llevas semillas, botas llenas de tierra, pescado, pescado lleno de semillas, etc. Pero nada de nada, ni me abren la maleta ni me miran las botas de montaña ni nada de nada...puede ser que coincidiera que es el final de las vacaciones aquí y se juntaron como 3-4 vuelos a la vez, por lo que igualmente tardé cerca de 2 horas en pisar finalmente suelo neozelandés.

Afortunadamente ya había sincronizado relojes con mi amigo Nathan, que había prometido recogerme en el aeropuerto y allí estaba, un poco harto de esperar tanto, pero allí estaba, ¡Genial!



La vista desde el porche de la casa

Con el coche me lleva a Whangamata (pronunciado fangamatá), donde tiene una preciosa casa a vista de la playa, sitio ideal para superar el jetlagazo de mi vida, así que a base de birras, me paso un par de días con él, mil gracias Nathan, de verdad. (Thanks for picking me up at the airport, and the soft jetlag recovery therapy based in beer, butter and nicotine). Nos tomamos unas cuantas decenas de cervezas y Nathan me fuerza a probar la gastronomía local, basada en mantequilla, un poco más de mantequilla y mantequilla de postre...noto una clara influencia americana en los menús, jajja

Mira que dos. ...qué lástima 

El clima es en general muy caluroso, pero es verdad que de repente estás tomando el sol, y al rato se pone a llover a lo loco, y luego de nuevo sol, luego se nubla y luego aire y luego sol...todo esto en el plazo de 10 minutos, aquí el concepto de inestabiidad toma su verdadero sentido. La verdad es que he agradecido salir del invierno valenciano al menos por un mes, veremos cuando llegue a la isla sur, que me han dicho que la cosa cambia.

Siguiente objetivo, Rotorua, más o menos a media altura de la isla norte, mi primer hostel en NZ. Nathan me coloca en la puerta del mismo, así que ni miro mapas, básicamente. El cambio de clima del invierno al verano no ayuda al jetlag, asi que la primera noche en el hostel la paso regular...básicamente me fuerzo a estar en la cama después de despertarme 3 días a las 5AM aprox.


Lo único sano en dos días

El hostel tiene una media de edad escandalosamente baja, parezco el abuelo cuchufleta por aquí, pero la gente es superamable y extrarespetuosa en el día a día...no tanto a la hora de dormir ni de mantener las habitaciones con un mínimo de organización, así que en este punto en especial me integro perfectamente y me doy cuenta que no me lleva ningún esfuerzo dejarlo todo tirado por la habitación y armar una escandalera matutina a la hora de buscar cualquier cosa, jejeje.

Blub blub blub...

Un día me gano una birra en una partida de pòker organizada por el propio hotel  y eso que era el texas hold'em variante no sé qué. ..así que imaginad el nivel.

El museo, aun con buena pinta por fuera, se cae a trozos por dentro.

Rotorua huele raro, muy raro, y básicamente es por las decenas o centenares de agujeros que hay en el suelo, llenos de agua y tirando humo al aire constantemente. En este punto el agua está más o menos en ebullición en algunos sitios y un gas blanco se extiende cerca de estas áreas. El olor a sulfuro (olor a pedo rancio, básicamente) es algo con lo que tienes que vivir si vives en esta zona. El calor y el hidrógeno y otros gases que salen por los agujeros de la tierra hace que no viva nada en el agua, dado que el agua está, según dicen los sabios del lugar, demasiado poco oxigenada. Eso si, golondrinas hay millones, patos, etc... de momento nada de fauna que no haya visto en cualquier otra parte con costa o lagos.

Me doy una buena vuelta por el lago, alucinando con algunas de las piscinas en ebullición, es curioso, les da totalmente igual, y eso que pone en los carteles que si ves que el suelo se abulta así sin motivo en cualquier parte, que mejor te apartes porque puede que reviente en una lluvia ácida en tus narices, todo bien.

Así aparcan las bicis en Rotorua

No miento, todo está lleno de humo y huele mal, !y les encanta¡


Es momento de empezar a poner a prueba el cuerpo así que me arranco con una caminata de 7 horas por el bosque Redwoods, árboles de hasta 70 metros copan todo el entorno, y la verdad es que es bonito de ver, te sientes nada al lado de estos monstruos. De camino me cruzo con un viajero, Connor, pero un aventurero de primera división, cargado hasta las cejas y hasta con una guitarra que le ayudo a cargar un tramo. Es de Seattle y duerme donde encuentra sitio con su tienda de campaña.

Redwoods, como siempre, la foto no representa nada de la realidad de estar allí


Elegimos la ruta púrpura y en una de las cimas echamos mano de la guitarra e intercambiamos una buena conversación y algunos acordes, pero tiene que bajar de la montaña porque se le hace tarde para buscar un sitio para dormir, así que nos despedimos y yo sigo con el pateo brutal. Un par de veces me pierdo en el camino, así que sigo la máxima, si te pierdes y no hay nadie, vuelve a la última señal que hayas visto y reevalúa la situación... lo conseguí, no se me hizo de noche y dormí como un ceporro esa noche, jetlag is over.

Así es Rototua a partir de las 18,00...  bueno, Rotorua y toda la isla norte, supongo...

El museo tiene el acceso restringido porque un terremoto de hace unos meses lo dejó en estado lamentable, así que el tour se limita a la explicación de los jardines reales que lo rodean, interesante pero no tanto como uno pudiera imaginar.

Jose, ya tengo la bandera para tu colección loca

De momento no me ha dado ningún Stendhalazo paisajístico, pero tiempo al tiempo, todo el mundo habla que la isla sur es mucho mejor, así que busco mi segundo hostel en Wellington, justo al sur de la isla norte...continuamos.