Bien leído iba yo al tema aduana (customs), esto es, el control de entrada para ver si llevas semillas, botas llenas de tierra, pescado, pescado lleno de semillas, etc. Pero nada de nada, ni me abren la maleta ni me miran las botas de montaña ni nada de nada...puede ser que coincidiera que es el final de las vacaciones aquí y se juntaron como 3-4 vuelos a la vez, por lo que igualmente tardé cerca de 2 horas en pisar finalmente suelo neozelandés.
Afortunadamente ya había sincronizado relojes con mi amigo Nathan, que había prometido recogerme en el aeropuerto y allí estaba, un poco harto de esperar tanto, pero allí estaba, ¡Genial!
La vista desde el porche de la casa
Mira que dos. ...qué lástima
El clima es en general muy caluroso, pero es verdad que de repente estás tomando el sol, y al rato se pone a llover a lo loco, y luego de nuevo sol, luego se nubla y luego aire y luego sol...todo esto en el plazo de 10 minutos, aquí el concepto de inestabiidad toma su verdadero sentido. La verdad es que he agradecido salir del invierno valenciano al menos por un mes, veremos cuando llegue a la isla sur, que me han dicho que la cosa cambia.
Siguiente objetivo, Rotorua, más o menos a media altura de la isla norte, mi primer hostel en NZ. Nathan me coloca en la puerta del mismo, así que ni miro mapas, básicamente. El cambio de clima del invierno al verano no ayuda al jetlag, asi que la primera noche en el hostel la paso regular...básicamente me fuerzo a estar en la cama después de despertarme 3 días a las 5AM aprox.
Lo único sano en dos días
El hostel tiene una media de edad escandalosamente baja, parezco el abuelo cuchufleta por aquí, pero la gente es superamable y extrarespetuosa en el día a día...no tanto a la hora de dormir ni de mantener las habitaciones con un mínimo de organización, así que en este punto en especial me integro perfectamente y me doy cuenta que no me lleva ningún esfuerzo dejarlo todo tirado por la habitación y armar una escandalera matutina a la hora de buscar cualquier cosa, jejeje.
Blub blub blub...
Un día me gano una birra en una partida de pòker organizada por el propio hotel y eso que era el texas hold'em variante no sé qué. ..así que imaginad el nivel.
El museo, aun con buena pinta por fuera, se cae a trozos por dentro.
Rotorua huele raro, muy raro, y básicamente es por las decenas o centenares de agujeros que hay en el suelo, llenos de agua y tirando humo al aire constantemente. En este punto el agua está más o menos en ebullición en algunos sitios y un gas blanco se extiende cerca de estas áreas. El olor a sulfuro (olor a pedo rancio, básicamente) es algo con lo que tienes que vivir si vives en esta zona. El calor y el hidrógeno y otros gases que salen por los agujeros de la tierra hace que no viva nada en el agua, dado que el agua está, según dicen los sabios del lugar, demasiado poco oxigenada. Eso si, golondrinas hay millones, patos, etc... de momento nada de fauna que no haya visto en cualquier otra parte con costa o lagos.
Me doy una buena vuelta por el lago, alucinando con algunas de las piscinas en ebullición, es curioso, les da totalmente igual, y eso que pone en los carteles que si ves que el suelo se abulta así sin motivo en cualquier parte, que mejor te apartes porque puede que reviente en una lluvia ácida en tus narices, todo bien.
Así aparcan las bicis en Rotorua
No miento, todo está lleno de humo y huele mal, !y les encanta¡
Es momento de empezar a poner a prueba el cuerpo así que me arranco con una caminata de 7 horas por el bosque Redwoods, árboles de hasta 70 metros copan todo el entorno, y la verdad es que es bonito de ver, te sientes nada al lado de estos monstruos. De camino me cruzo con un viajero, Connor, pero un aventurero de primera división, cargado hasta las cejas y hasta con una guitarra que le ayudo a cargar un tramo. Es de Seattle y duerme donde encuentra sitio con su tienda de campaña.
Redwoods, como siempre, la foto no representa nada de la realidad de estar allí
Elegimos la ruta púrpura y en una de las cimas echamos mano de la guitarra e intercambiamos una buena conversación y algunos acordes, pero tiene que bajar de la montaña porque se le hace tarde para buscar un sitio para dormir, así que nos despedimos y yo sigo con el pateo brutal. Un par de veces me pierdo en el camino, así que sigo la máxima, si te pierdes y no hay nadie, vuelve a la última señal que hayas visto y reevalúa la situación... lo conseguí, no se me hizo de noche y dormí como un ceporro esa noche, jetlag is over.
Así es Rototua a partir de las 18,00... bueno, Rotorua y toda la isla norte, supongo...
El museo tiene el acceso restringido porque un terremoto de hace unos meses lo dejó en estado lamentable, así que el tour se limita a la explicación de los jardines reales que lo rodean, interesante pero no tanto como uno pudiera imaginar.
Jose, ya tengo la bandera para tu colección loca
De momento no me ha dado ningún Stendhalazo paisajístico, pero tiempo al tiempo, todo el mundo habla que la isla sur es mucho mejor, así que busco mi segundo hostel en Wellington, justo al sur de la isla norte...continuamos.
Me encanta lo de que las fotos no representan nada de la realidad. Taaaan cierto!
ResponderEliminarSigue escribiendo y disfruta mil!
Besos
Lo sabes bien eh? Jajaja. Besoooosss
EliminarViajante!!! Come algo de fruta, que te va a entrar el escorbuto, jajaja! Estaré atento a la próxima entrega. Disfrútalo :p
ResponderEliminarSi, jaja, descuida, frutas es lo que mas!!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar